domingo, 9 de octubre de 2011

Illa, illa, illa, Padilla Maravilla

                 Padilla, con un par de banderrillas el 10 de julio de 2011 en Pamplona. (Jorge Nagore / Diario de Navarra)

Juan José Padilla volvió a la vida en Pamplona hace ahora 10 años, después de que un toro de Miura le corneara en el cuello en la tarde del 14 de julio de 2001, lo que le desgarró el esófago y le fracturó la tercera vértebra cervical. Pasó varios días en la UCI, pero este hecho no hizo sino estrechar su relación con Pamplona, donde había debutado en 1999 convirtiéndose en triunfador de la feria. "Illa, illa, illa, Padilla maravilla", ha sido más que un grito de guerra en la Feria del Toro durante las 16 tardes que el Ciclón de Jerez ha toreado en la ciudad. Ha estoqueado 30 toros en la Feria y ha cortado 10 orejas. Pamplona fue su trampolín y en su casa de Jerez el salón principal, donde lucen las cabezas de los dos miuras que desorejó en su debut en San Fermín, se llama Pamplona. 

Padilla también fue el primer torero que se animó a tentar las reses de casta navarra que cría Miguel Reta en Tierra Estella, con el que ha compartido además carreras por las calles de Pamplona en los encierros. El último que corrió, el de la imagen superior, lo hizo acompañado de Adolfo Suárez, hijo, otro de sus buenos amigos.

"Nos conocimos a través de un amigo común en Jerez, antes de que debutara en San Fermín en 1999. Cuando le contrataron, le invitamos a venir un día antes a Pamplona y a la plaza. Lo de correr el encierro fue por una apuesta", relata Iñaki González Cestao, pamplonés, corredor del encierro y aficionado taurino que ha entablado una relación casi de hermano con Padilla. Desde el momento de la cogida ha mantenido contacto con la familia, apoderado y amigos del torero y hoy mismo estará en Zaragoza para arropar al diestro. "Padilla siempre ha dicho que le debe todo a Pamplona, aquí se dio a conocer y su conexión con el público es muy grande", relata González, que apunta que Padilla nunca ha renunciado a torear las corridas más duras, porque fue con estos hierros (Miura, Victorino, etc) con los que consiguió sus primeros triunfos y con los que siempre genera expectación. De hecho, en Pamplona ha sido un fijo en la tarde de los miura, aunque también ha toreado toros de Cebada Gago.

También mostró interés ayer por el estado del diestro Ángel Hidalgo, cirujano jefe de la plaza de Pamplona, que ha atendido a Padilla en distintas cogidas en la Feria del Toro. "Es un clásico de la enfermería, pero esta cogida es la más dura en cuanto a las secuelas. Lo que más preocupa es el tema del ojo, más adelante se podrá plantear la cirugía del nervio facial", señaló Hidalgo, que ahondó en la gravedad de la cogida desde el punto de vista "funcional".

Texto publicado el 9 de octubre en Diario de Navarra tras la gravísima cogida de Padilla en Zaragoza.

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