Padilla, con un par de banderrillas el 10 de julio de 2011 en Pamplona. (Jorge Nagore / Diario de Navarra)
Juan José Padilla volvió a la vida en Pamplona hace
ahora 10 años, después de que un toro de Miura le corneara en el cuello
en la tarde del 14 de julio de 2001, lo que le desgarró el esófago y le
fracturó la tercera vértebra cervical. Pasó varios días en la UCI, pero
este hecho no hizo sino estrechar su relación con Pamplona, donde había
debutado en 1999 convirtiéndose en triunfador de la feria. "Illa, illa,
illa, Padilla maravilla", ha sido más que un grito de guerra en la Feria
del Toro durante las 16 tardes que el Ciclón de Jerez ha
toreado en la ciudad. Ha estoqueado 30 toros en la Feria y ha cortado 10
orejas. Pamplona fue su trampolín y en su casa de Jerez el salón
principal, donde lucen las cabezas de los dos miuras que desorejó en su debut en San Fermín, se llama Pamplona.
Padilla
también fue el primer torero que se animó a tentar las reses de casta
navarra que cría Miguel Reta en Tierra Estella, con el que ha compartido
además carreras por las calles de Pamplona en los encierros. El último
que corrió, el de la imagen superior, lo hizo acompañado de Adolfo
Suárez, hijo, otro de sus buenos amigos.
"Nos conocimos a través
de un amigo común en Jerez, antes de que debutara en San Fermín en 1999.
Cuando le contrataron, le invitamos a venir un día antes a Pamplona y a
la plaza. Lo de correr el encierro fue por una apuesta", relata Iñaki
González Cestao, pamplonés, corredor del encierro y aficionado taurino
que ha entablado una relación casi de hermano con Padilla. Desde el
momento de la cogida ha mantenido contacto con la familia, apoderado y
amigos del torero y hoy mismo estará en Zaragoza para arropar al
diestro. "Padilla siempre ha dicho que le debe todo a Pamplona, aquí se
dio a conocer y su conexión con el público es muy grande", relata
González, que apunta que Padilla nunca ha renunciado a torear las
corridas más duras, porque fue con estos hierros (Miura, Victorino, etc)
con los que consiguió sus primeros triunfos y con los que siempre
genera expectación. De hecho, en Pamplona ha sido un fijo en la tarde de
los miura, aunque también ha toreado toros de Cebada Gago.
También
mostró interés ayer por el estado del diestro Ángel Hidalgo, cirujano jefe
de la plaza de Pamplona, que ha atendido a Padilla en distintas
cogidas en la Feria del Toro. "Es un clásico de la enfermería, pero esta cogida es la más
dura en cuanto a las secuelas. Lo que más preocupa es el tema del ojo,
más adelante se podrá plantear la cirugía del nervio facial", señaló
Hidalgo, que ahondó en la gravedad de la cogida desde el punto de vista
"funcional".
Texto publicado el 9 de octubre en Diario de Navarra tras la gravísima cogida de Padilla en Zaragoza.
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