viernes, 29 de agosto de 2008

¿Dónde están las llaves?

Quizá para muchos pasó desapercibido, pero fue una de las anécdotas de los pasados Sanfermines. Rubén Pinar y El Payo habían conseguido salir por la puerta del encierro después de sus faenas de éxito en la novilla del 5 de julio. Por primera vez la puerta del callejón se tenía que abrir para la salida a hombros de dos toreros. Sin embargo, no pudo ser. Alguien olvidó que eso podría ocurrir y nadie en la plaza de Toros se percató de tener a mano las llaves del candado. Cuando terminé de entrevistar a los dos novilleros caminé por el ruedo para asistir en primera persona a la salida a hombros. LLegué a la puerta cerrada. Allí estaban los subalternos de los novilleros, impacientes y apremiando a un señor de boina verde para que abriera la puerta. "Tienen que salir por la puerta grande, hombre", decía uno de los toreros de plata. Los dos novilleros a hombros estaban a punto de concluir su vuelta al ruedo y se dirigían ya, portados por los capitalistas, al callejón de la plaza. El señor de boina verde insistía en preguntar si era verdad que se habían cortado las orejas necesarias para abrir la puerta. Los de las cuadrillas se ponían cada vez más nerviosos y otro hombre llegaba con un manojo de llaves de más de 50 tratando de acertar en unos segundos cuál abría la puerta del encierro. Los novilleros llegaron allí y se toparon de bruces con la puerta del éxito cerrada. Después de unos instantes de dudas y de cierto cabreo, se optó por la opción más rápida y que solucionaba de golpe todo el problema. Los dos novilleros se colaron por una pequeña puerta y se toparon con el interior de la plaza, por donde salían los espectadores a la calle. Desde ahí hasta la puerta principal de la plaza y directos a las furgonetas entre los aplausos de los sorprendidos aficionados.
Los puedes ver todo en el siguiente vídeo.

sábado, 23 de agosto de 2008

Adiós a Tere Moreno


No conocí mucho a Tere Moreno, aunque sí lo justo para poder charlar con ella amigablemente siempre que coincidíamos o nos cruzábamos por cualquier lugar de la ciudad. Era de conversación fácil y su forma de ser te animaba a comentar cualquier asunto con ella. Recordaré siempre sus minutos de apuro en la plaza de toros todas las mañanas de San Fermín. “Lo paso muy mal esperando a que termine el encierro. Vengo por ver a Fernando (su hermano doblador) y quedarme tranquila. Cada vez tienen más problemas por la cantidad de gente”, me contaba después de alguno de los encierros de este mismo año. A Tere Moreno la encontraba todos los días en el patio de caballos de la plaza de Toros cuando yo comenzaba a recopilar datos del encierro y de los posibles heridos. Era una de las personas que siempre estaba allí. Nunca fallaba. Cuando nos saludábamos instantes después de que el último toro hubiera entrado a los corrales todavía estaba nerviosa. Hablando con unos y otros y comentando las serias dificultades que había pasado Fernando y el resto de dobladores. En mayo, en un viaje que hicimos a Torun (Polonia), pegamos la hebra durante un rato y comentamos su inmensa afición a los toros y a los Sanfermines. “Qué bien, ya falta poco", me decía. Y hablamos de las últimas corridas de San Isidro, de sus escapadas a ver toros a otras plazas y de las veces que había presidido corridas de toros en Pamplona desde que era concejal. La última fue con toros de Miura, el 9 de julio de 2006. Tere Moreno disfrutó de sus últimos Sanfermines con nosotros y disfrutará de muchos más allá dónde esté. De eso estoy seguro.
Puedes saber algo más de ella aquí.

viernes, 15 de agosto de 2008

¿Quién olvidó las llaves?

Seguimos de vacaciones, pero en unos días volvemos para saber quién olvidó las llaves a unas horas de empezar los Sanfermines...

miércoles, 6 de agosto de 2008

Encierros 2008: un buen año con sólo 4 corneados

Un toro de El Conde de la Corte prende por la camiseta a un mozo en el encierro del 7 de julio de 2008. Se puede observar, junto a la pared de Unzu, a decenas de "espectadores" dentro del recorrido. La magnífica foto es de Jonan Basterra.

Los encierros de 2008 fueron los segundos más rápidos de los últimos 25 años, sólo superados por los de 2006. Además, sólo 4 mozos sufrieron heridas por asta de toro, la cifra más baja desde 1998. Todo esto nos obliga a replantear la situación del encierro, hasta hace unos días poco menos que en estado de defunción. Es cierto que siguen existiendo motivos de preocupación por la presencia de decenas de personas que sólo acceden al recorrido para ver el encierro, pero no es menos cierto que ha sido un año bueno porque la masificación se ha distribuido y ningún día ha sido máxima e incontrolable. Tampoco han existido problemas para desalojar las calles y limpiar bien el recorrido, ni se han sucedido altercados como los de otros años en la calle Tejería o Bajada de Javier que retrasaron incluso el comienzo del encierro. Las asistencias sanitarias, efectivos policiales, los pastores, carpinteros y todo el entramado del encierro han vuelto a demostrar que la organización de la carrera pamplonesa goza de buena salud, amén de pequeñas mejoras que podrán introducirse en próximas ediciones. Ni la cercanía de las barracas con los corrales el Gas y de Santo Domingo, una de las dudas de este año para muchos, han pertubado el desarrollo de los encierros. Por cierto, que el antideslizante y la perfecta seleción de los cabestros tienen buena parte de culpa de la rapidez y limpieza de los encierros de 2008.