Supongo que Ignacio Murillo y Jesús Rubio andarán estos días cada uno por su lado y por su cuenta, como si cumplieran una orden judicial de alejamiento mutuo. Al fin respiran a sus anchas, después de haber vivido al alimón todos los Sanfermines que van de 1976 a 2008, sin perderse un año, ni un día de ningún año. Y siempre atados el uno al otro. Yo creo que hasta en el encierro iban amarraditos los dos, y mira que es difícil.
La película se hubiera titulado Dos cabalgan juntos, por no exagerar con Dos hombres y un destino, pero no es una película sino un libro y ya tiene el título puesto: Los Sanfermines de nuestra vida. Los treinta y dos Sanfermines que los autores han pasado juntos, pero a toro pasado, en el trabajo lento y silencioso de documentación que es, por otra parte, lo más opuesto a la vorágine de la fiesta.
Ignacio Murillo y Jesús Rubio, compañeros del Diario y de diario, los dos buena gente, buenos profesionales y de buen comer, han firmado una obra ambiciosa que va contando lo que ha sido el reparto y el teatro de la fiesta, tanto en los palcos de gala como en las aceras de la vuelta de la esquina; lo que fue titular de portada y la gacetilla perdida en cualquier página, que gana con el paso del tiempo el interés que entonces no tuvo. Hay muchísimas anécdotas, porque los Sanfermines abonan ese terreno, pero se recogen igualmente muchísimas categorías.
Treinta y dos años, que son el último cuarto del otro siglo y un chiquito del siglo XXI. Ignacio y Jesús se han ido sorprendiendo, según iban tiempo atrás, de los cambios registrados en los Sanfermines y al mismo tiempo de cómo "perviven muchas características" en la mezcla explosiva de "jarana, devoción, solemnidad, espontaneidad, gusto por el riesgo y cariño familiar". Mezcla explosiva que al final, digo yo, tiene los efectos de un fármaco tranquilizante.
Los autores se han comido las páginas del archivo para digerir la fiesta como aquella chica de novela que se tragaba la cartas de amor para impregnarse de sentimiento. En el éxito de la obra les esperan los grilletes de nuevas ediciones. Tendrán que volver más atrás de 1976 y mirar más allá de 2008, mientras el cuerpo aguante.
Plaza Consistorial que José Miguel Iriberri publicó el 10 de julio en Diario de Navarra con motivo de la publicación de Los Sanfermines de Nuestra Vida. Nos encantó.
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