Los mejor de la Feria del Toro lo pusieron Sergio Aguilar, Rubén Pinar, el mencionado David Mora y, sobre todo, Miguel Tendero, un chaval que va con la verdad por delante. Pamplona pervive gracias a este grupo de toreros, que lo quieren todo. No cambio ninguna de sus faenas por lo visto el día 14: sin ilusión, sin transmisión y sin toros. Una corrida de Núñez del Cuvillo que se pareció mucho a aquella de Osborne de 1994. Toritos parados, sin motor, con nula emoción, sin casta ni bravura, embistiendo por aburrimiento y uno de ellos doblando en mitad de faena. Pero a parte del público de Pamplona le basta. Así podrán presumir luego en el curro que estuvieron viendo a Morante fumarse un puro. El Juli estuvo vulgar y Perera hizo lo que pudo. Casi pedía disculpas por la oreja que le dieron en el sexto. Peor para todos. Si esto es lo que se demanda, hay que darlo, pero en su dosis justa.
Se nos vinieron abajo las dos primeras tardes, a pesar del inicio prometedor de la corrida de Cebada Gago. Francisco Marco volvió a demostrar que torea en Pamplona por ser de aquí. Su primero le ganó la partida hasta desarbolarlo por completo. Luego basta con decir que hay mala suerte con los toros. Y así 10 años. Lo que sirve para otros no se aplica en este caso. La corrida de Alcurrucén fue para olvidar, menos mal que Tendero quiere ser torero. La de El Ventorrillo no tuvo nada que ver con lo del año pasado y encima El Cid se "dejó" coger a las primeras de cambio. Una pena, porque era de lo más interesante de la tarde. Castella le echa pundonor, pero siempre con el mismo repertorio. Manzanares, con tres toros, en fin... Lo del día 10 fue emocionante. Un respetuoso silencio por David Jimeno y un buen toro Capuchino. Rubén Pinar va para arriba y se aprovechó del mejor lote, en especial de Sabueso, sexto de la tarde y premio Carriquiri. A los toros de Jandilla les faltó un puntito de picante, pero aún así, la corrida mereció la pena. Igual que la de Miura, siempre interesante. Sensacional el quinto toro y magnífico Rafaelillo. Otra pareja creada en Pamplona. Padilla y Jesús Millán estuvieron en el sitio con menos materia primera. La tarde de Fuente Ymbro resultó rara y por primera vez no hubo triunfo contundente. Extraordinario Perera, que expuso hasta el límite en su complicadísimo primero. A Daniel Luque se lo comió la plaza y Antonio Ferrera le echó ganas y banderillas.
En resumen, una feria interesante, quizá por debajo del nivel del año pasado. Se vuelve a demostrar que Pamplona acierta con los toreros que quieren ser figura. En regla general, sensacional presentación de los toros, salvo el día 14. Orgullosos de la elección del ganado. Y de los 50 años de la Feria del Toro y sus 51 ferias celebradas. Brindemos por otras tantas más, al menos.