Más fácil, imposible. Escribir sobre lo acontecido en la Feria del Toro de Pamplona con dos semanitas de retraso es lo que tiene. Una vez leídas decenas de crónicas y repasadas las corridas en dvd, le echamos un vistazo a la feria de 2009. La tarde más importante fue la del sábado 11, con un corridón de Dolores Aguirre de los que crean afición. Ya no fue una sorpresa, porque en 2008 ya había dejado un adelanto de lo que nos esperaba: toros con toque de mansos en los primeros tercios, algunos de ellos que empujaron y repitieron con clase en el caballo y a los que les dieron lo que no está escrito. Toro-toro. En la muleta, cuatro de ellos tuvieron comportamiento de triunfo para el torero. Codicia y casta. La gran diferencia entre la bravura y la casta se reflejó en esta corrida. Tercero y sexto, de lo mejor de la feria. En especial el último Cantinillo, otro toro para el recuerdo. Para la ganadera fueron dos toros de indulto. Mirando su encaste.. ¿por qué no? Mereció mejor suerte Joselillo, que lució al último en la muleta. No supo matar y perdió la puerta grande por segundo año consecutivo. El año que viene más de Dolores, ¿se apuntará alguien más visto lo visto? David Mora lo merece. En esta tarde y otra más. Arrojo y pundonor, además de un estilo torero con un gusto inmejorable. Serafín Marín escribió su última página en Pamplona. Gracias por nada.
Los mejor de la Feria del Toro lo pusieron Sergio Aguilar, Rubén Pinar, el mencionado David Mora y, sobre todo, Miguel Tendero, un chaval que va con la verdad por delante. Pamplona pervive gracias a este grupo de toreros, que lo quieren todo. No cambio ninguna de sus faenas por lo visto el día 14: sin ilusión, sin transmisión y sin toros. Una corrida de Núñez del Cuvillo que se pareció mucho a aquella de Osborne de 1994. Toritos parados, sin motor, con nula emoción, sin casta ni bravura, embistiendo por aburrimiento y uno de ellos doblando en mitad de faena. Pero a parte del público de Pamplona le basta. Así podrán presumir luego en el curro que estuvieron viendo a Morante fumarse un puro. El Juli estuvo vulgar y Perera hizo lo que pudo. Casi pedía disculpas por la oreja que le dieron en el sexto. Peor para todos. Si esto es lo que se demanda, hay que darlo, pero en su dosis justa.
Se nos vinieron abajo las dos primeras tardes, a pesar del inicio prometedor de la corrida de Cebada Gago. Francisco Marco volvió a demostrar que torea en Pamplona por ser de aquí. Su primero le ganó la partida hasta desarbolarlo por completo. Luego basta con decir que hay mala suerte con los toros. Y así 10 años. Lo que sirve para otros no se aplica en este caso. La corrida de Alcurrucén fue para olvidar, menos mal que Tendero quiere ser torero. La de El Ventorrillo no tuvo nada que ver con lo del año pasado y encima El Cid se "dejó" coger a las primeras de cambio. Una pena, porque era de lo más interesante de la tarde. Castella le echa pundonor, pero siempre con el mismo repertorio. Manzanares, con tres toros, en fin... Lo del día 10 fue emocionante. Un respetuoso silencio por David Jimeno y un buen toro Capuchino. Rubén Pinar va para arriba y se aprovechó del mejor lote, en especial de Sabueso, sexto de la tarde y premio Carriquiri. A los toros de Jandilla les faltó un puntito de picante, pero aún así, la corrida mereció la pena. Igual que la de Miura, siempre interesante. Sensacional el quinto toro y magnífico Rafaelillo. Otra pareja creada en Pamplona. Padilla y Jesús Millán estuvieron en el sitio con menos materia primera. La tarde de Fuente Ymbro resultó rara y por primera vez no hubo triunfo contundente. Extraordinario Perera, que expuso hasta el límite en su complicadísimo primero. A Daniel Luque se lo comió la plaza y Antonio Ferrera le echó ganas y banderillas.
En resumen, una feria interesante, quizá por debajo del nivel del año pasado. Se vuelve a demostrar que Pamplona acierta con los toreros que quieren ser figura. En regla general, sensacional presentación de los toros, salvo el día 14. Orgullosos de la elección del ganado. Y de los 50 años de la Feria del Toro y sus 51 ferias celebradas. Brindemos por otras tantas más, al menos.
Los mejor de la Feria del Toro lo pusieron Sergio Aguilar, Rubén Pinar, el mencionado David Mora y, sobre todo, Miguel Tendero, un chaval que va con la verdad por delante. Pamplona pervive gracias a este grupo de toreros, que lo quieren todo. No cambio ninguna de sus faenas por lo visto el día 14: sin ilusión, sin transmisión y sin toros. Una corrida de Núñez del Cuvillo que se pareció mucho a aquella de Osborne de 1994. Toritos parados, sin motor, con nula emoción, sin casta ni bravura, embistiendo por aburrimiento y uno de ellos doblando en mitad de faena. Pero a parte del público de Pamplona le basta. Así podrán presumir luego en el curro que estuvieron viendo a Morante fumarse un puro. El Juli estuvo vulgar y Perera hizo lo que pudo. Casi pedía disculpas por la oreja que le dieron en el sexto. Peor para todos. Si esto es lo que se demanda, hay que darlo, pero en su dosis justa.
Se nos vinieron abajo las dos primeras tardes, a pesar del inicio prometedor de la corrida de Cebada Gago. Francisco Marco volvió a demostrar que torea en Pamplona por ser de aquí. Su primero le ganó la partida hasta desarbolarlo por completo. Luego basta con decir que hay mala suerte con los toros. Y así 10 años. Lo que sirve para otros no se aplica en este caso. La corrida de Alcurrucén fue para olvidar, menos mal que Tendero quiere ser torero. La de El Ventorrillo no tuvo nada que ver con lo del año pasado y encima El Cid se "dejó" coger a las primeras de cambio. Una pena, porque era de lo más interesante de la tarde. Castella le echa pundonor, pero siempre con el mismo repertorio. Manzanares, con tres toros, en fin... Lo del día 10 fue emocionante. Un respetuoso silencio por David Jimeno y un buen toro Capuchino. Rubén Pinar va para arriba y se aprovechó del mejor lote, en especial de Sabueso, sexto de la tarde y premio Carriquiri. A los toros de Jandilla les faltó un puntito de picante, pero aún así, la corrida mereció la pena. Igual que la de Miura, siempre interesante. Sensacional el quinto toro y magnífico Rafaelillo. Otra pareja creada en Pamplona. Padilla y Jesús Millán estuvieron en el sitio con menos materia primera. La tarde de Fuente Ymbro resultó rara y por primera vez no hubo triunfo contundente. Extraordinario Perera, que expuso hasta el límite en su complicadísimo primero. A Daniel Luque se lo comió la plaza y Antonio Ferrera le echó ganas y banderillas.
En resumen, una feria interesante, quizá por debajo del nivel del año pasado. Se vuelve a demostrar que Pamplona acierta con los toreros que quieren ser figura. En regla general, sensacional presentación de los toros, salvo el día 14. Orgullosos de la elección del ganado. Y de los 50 años de la Feria del Toro y sus 51 ferias celebradas. Brindemos por otras tantas más, al menos.
Con todos mis respetos,hablar de buena presentacion me parece excesivo.Han venido novillos con cuernos para disimular.No tragamos.Solucion ya al tema de las presidencias.No hay derecho.El que se sienta a presidir,lo menos que debe hacer es tener un respeto por la Feria del toro.Vergonzoso.Sin ser defensor acerrimo suyo,el lote de Marco infumable.Fandi y Ferrera mejor en el circo de Mendebaldea.El analisis del Presidente de la comision taurina de la Meca digno de dimision,o porque no sabe , o porque falta a la verdad.Gracias.
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