Detrás de la lavadora

Mikel Goñi quedó segundo con su lavadora (Foto: Noemí Larumbe).

Una vez desvelado el cartel ganador de San Fermín, apetecía conocer quién estaba detrás del cartel de la lavadora, original y rompedor. Aunque reconozco que no era mi favorito y critiqué su elección para la final de 8 carteles, hay que asumir que la obra ha gustado a mucha gente. Desde luego, hay que felicitar a su autor, Mikel Goñi Leoz, por haber movido el concurso y por haber tenido la brillante idea de plasmar en los programa de lavado muchos de los elementos de la fiesta. No ha ganado el concurso, aunque estoy seguro de que durante los próximos Sanfermines veremos muchas lavadoras en camisetas y otras prendas. Os dejo la entrevista que publicamos en Diario de Navarra hace unos días.

"Quería provocar, crear polémica y romper el ritmo del concurso"

El pamplonés de 47 años Mikel Goñi Leoz es el autor del cartel de la lavadora, como se le conoce popularmente. Aunque no ganó, quedó segundo, él está muy satisfecho porque ha logrado lo que quería: "Abrir la mente del público y del jurado". Pamplonés, de 47 años y fotógrafo desde los 17, se ha presentado tres veces al concurso del cartel de San Fermín. Pero hasta la tercera no ha ido la vencida. No ha ganado, ha sido segundo, pero ha logrado lo que él quería: que todo el mundo hable de su lavadora.


¿Cómo se le ocurrió la idea?
Mi compañera, Ana Villanueva Áriz, me dijo que me presentase el sábado antes de finalizar el plazo. Creíamos que acababa el martes, y el lunes teníamos el cartel listo, pero terminaba el jueves. Hace cuatro años, el 15 de julio, metí toda la ropa de San Fermín en la lavadora e hice una foto que pareciese el ging-gang. Cuando Ana me dijo que me presentase, enseguida se me vino a la cabeza esa foto y me pasé todo el fin de semana fotografiando lavadoras, la de mi casa y la de la suya. El cartel es la unión de las dos lavadoras y de tres fotos.
¿Qué representa el cartel?
Es un homenaje a todas las mujeres y madres que les toca limpiar la ropa de San Fermín de toda la familia y a todas las personas que, sea donde sea, trabajan durante las fiestas. Pero sobre todo quería provocar, crear polémica y romper el ritmo y la dinámica del concurso. Dar una idea nueva, una foto en vez de un diseño por ordenador, abrir el camino a otras formas de ver y entender la fiesta. Quería sorprender a la gente de fuera, que no entenderá nada del cartel, y también a los de casa, que sí lo han entendido, aunque cada uno a su manera.
¿Qué opina de la reacción del público?
Sé que cada uno lo interpreta libremente, pero creo que la votación popular no es acertada, y el criterio del jurado sí. La gente de la calle siempre va por detrás a nivel estético, por eso los carteles todos los años son muy tradicionales y parecidos. La votación popular me ha perjudicado.
¿A qué se refiere?
La gente ha votado sin ver los carteles originales, sólo los cromos que han salido en los medios. Casi nadie se ha dado cuenta de que en los botones de la lavadora están puestos los momentos de la fiesta, los sentimientos y los principales actos del programa.
¿Está decepcionado?
No, porque he logrado abrir la mente de la gente. He hecho lo más difícil, abrir la senda. Igual el año que viene gana un cartel tan diferente y moderno como el mío.
¿Qué alternativa propone para el concurso?
Exponer todos los carteles y que la gente vote, sin una criba del jurado. Que se elijan dos carteles ganadores, el popular y el de los expertos, y éste sería el oficial.