Imagínate que te levantas un día. No has dormido bien y has tenido pesadillas absurdas. Enciendes el móvil y suenan más de 20 mensajes. Todos te cuentan lo mismo. No tienes ganas de desayunar, no por falta de hambre, sino porque los nervios le han hecho un nudo marinero a tu estómago. Te duchas y sigues pensando en lo mismo. Tu familia y todos tus amigos te sonríen y ponen cara de felicidad cuando te miran. Y también la gente por la calle. Es 6 de julio y tienes que tirar el Chupinazo. Es lo que me imagino que podría pasarle a cualquiera en esa circunstancia. Es probablemente lo que sentirá Uxue Barkos el próximo domingo. Y también lo que habrán sentido muchos en los últimos años. ¿Pero qué se siente realmente? Le he pedido a Jorge Mori, concejal pamplonés, miembro de La Alegría de Iruña, que lanzó el cohete en 2004, que nos cuente cómo lo vivió él. Los días previos, los instantes anteriores al momento, qué sintió cuando todo pasó. Esta es su historia.
"Tirar el cohete en San Fermín es algo tan valorado por los pamploneses que a cualquiera le parecería un honor hacerlo, pero a la vez le parece algo inaccesible y por lo tanto se ve como algo utópico. Eso me pasaba a mi. El sentir las fiestas como "algo más", me hizo participar desde dentro en todos los ámbitos que pude y fui a todos los cohetes desde los años 70. Esto hizo que mirara al lanzador como alguien privilegiado y lo hiciera con una sana envidia. El día que se decidió que yo lo tirara fue impresionante para mí. La sensación interna de emoción, satisfacción, responsabilidad podía conmigo. También es cierto que estuve tranquilo los días anteriores. La noche anterior se está más nervioso, como si al día siguiente tuvieras que hacer lo más importante de tu vida. Me levante con tensión y una emoción contenida que sientes muy pocas veces en tu vida y conforme se acercaba el momento este sentimiento intentaba salir a fuera, como si necesitara expresarse. La verdad es que es algo inenarrable, algo muy difícil de entender si no te pasa. Pero todo esto aún puede aumentar. Y lo hace cuando te colocan delante del balcón. Esos dos minutos de espera son eternos y ahí se pasa mal, es un momento de mucha tensión y te entra un deseo tremendo de salir, de empezar, es como el momento anterior al encierro. Y cuando piensas que ya no puedes sentir más, te abren la puerta y sales al balcón y ves a la gente, y te parece parece que todos te miran, y empiezas a acordarte de las personas que quieres y tiemblas de emoción, por lo menos yo temblé, y te agarras al barandado y gritas, gritas, y ese momento ya no se puede comparar con nada. Felicidad, eso es lo que se siente después".
Enhorabuena por el blog.
ResponderEliminarUna preguntita, este año queremos ir un domingo-lunes a San Fermín, qué nos recomiendas, los días 6y7 o 13y14?
Gracias y a pasarlo bien!
Saludos botica vieja.. Verdaderamente creo que será mejor el 6 y 7 que el 13-14. Primero porque es la explosión del comienzo de las fiestas y el 6 el ambiente en Pamplona en maravilloso desde primera hora de la mañana, algo que se prolonga hasta el encierro del día siguiente. El cambio que sufre la ciudad del 5 al 6 es muy interesante.. Además, buena parte de los pamploneses el 13 y 14 habrán ya desaparecido y dejarán paso a cientos de franceses que tomarán la ciudad el 13 y 14, ya que el 14 es el día nacional de Francia y están todos de fiesta.. En cualquier caso, sabes que en San Fermín lo pasas bien en cualquier momento.. Que lo disfrutéis..
ResponderEliminarESPAÑA CAMPEONA!!!!! Este año al txupinazo todos con la roja!!!! a ver si a la Uxue le da un telele!!! juas, juas.. Barcina!!! este año el cohete que lo tiren Villa, Casillas y Luis Aragonés!!! Oe, oe, oe, oe...
ResponderEliminarsaludos desde el Bávaros...
Por una vez no voy a hablar de Soria ya que no hay chupinazo y del pregón pocos hacen caso. Lanzar el chupinazo tiene que ser muy emocionante, con tanta gente expectante y no sólo eso, sino lo que significa que hayas sido el elegido entre una multitud de navarros que se lo merecían tanto como tú, pero ellos no han sido los elegidos. Sobre todo cuando desde pequeño has considerado al afortunado de las cerillas casi como un héroe épico, y resulta que tú mismo te conviertes en uno. Por lo que comprendo a Jorge Mori y su nerviosismo. Pena que no tengamos a ningún Campeón del Balón para que lo lanzara. Recordar a los que no sois de aquí que hasta después del chupinazo no se pone el pañuelico. Yo no lo sabía y el primer año que fui al chupinazo hice el viaje en la villavesa con el pañuelico colgado del cuello (era la única del autobús y he de decir que me sentí rara y orgullosa con mi traje de pamplonesa recién estrenado pañuelo incluído, es más pensaba que todo el autobús eran unos pasotas que pasaban de ponerse el pañuelo. ilusa¡¡¡). Cuando llegué al almuerzo el que firma este blog me lo explicó, y claro, me lo quité, pero ya media Pamplona me había visto con el pañuelo al cuello. Creo que hasta me salieron los colores de pensar el ridículo que había hecho. Glup, glup qué chasco¡¡¡
ResponderEliminarEl año pasado me tocó estar en el balcón del ayuntamiento en el momento que se lanzó el cohete y la verdad es que se te ponen los pelos de punta, muchísima emoción, te sientes un testigo privilegiado. Tirarlo sería una pasada. La verdad es que este año me gustaría repetir, a ver que dice mi jefe. Edu
ResponderEliminarHenar, imaginate que sale Uxue Barkos al balcón y en lugar de Viva San Fermín dice Viva Soria!!!!
ResponderEliminarEnhorabuena, Ignacio. Un blog para seguir día a día.
ResponderEliminarLa verdad es que para un pamplonica el lanzar el chupinazo tiene que ser uno de los mejores recuerdos de su vida. Imagínense, si pueden, el salir al balcón consistorial, ver a tanta gente que está esperando que des la señal para que la fiesta estalle y prender esa mecha...Creo no equivocarme si digo que nunca tendré ese honor, tendré que seguir volando con mi imaginación...
ResponderEliminarPara txupinazo, el que ha pegado Jorge apoyando a Roberto Jiménez en el último congreso del PSN...
ResponderEliminar