Los feriantes están dispuestos a apurar al máximo sus opciones. De momento, lanzan el órdago de que no se instalarán en el parque del Runa los próximos Sanfermines. El Ayuntamiento les responde que vale, que encantado de conocerles. Ya buscarán a otros. Ambos están condenados a entenderse. Habrá barracas, y será en la Rochapea. Los feriantes no conocen todavía ni las condiciones ni el espacio y disposición que ocupará el nuevo recinto ferial. Tampoco saben las mejoras de accesos (cortes en la avenida de Guipúzcoa), refuerzo de las líneas de autobus comarcal o aspectos de la fiesta que pueden trasladarse a la nueva zona... Ayuntamiento y Meca trabajan a contrarreloj con los proyectos de urbanización e infraestructuras de la zona. Si hay fumata blanca, no será antes de mayo. Los feriantes saben negociar, apurar los tiempos y sacarle partida a los cambios. Conseguirán precios más asequibles por disponer del suelo y luego ya veremos cómo funciona la cosa.
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