El domingo falleció en Pamplona a los 89 años Pedro Martín Balda, pintor de gran parte de las pancartas sanfermineras de las peñas durante las décadas de los 50, 60 y 70. La primera la hizo en el año 1943, para la desaparecida Iruña-ko. Además, es autor de 4 carteles anunciadores de las fiestas, por lo que su legado histórico es, en parte, incalculable. Balda puede considerarse un personaje imprescindible de los Sanfermines, ya que la iconografía de la fiesta pasa ineludiblemente por él. Existe un libro publicado por la Caja de Ahorros Municipal en 1981 que recogía buena parte de su obra hasta esa fecha, pero que está descatalogado. Su familia trabaja ahora para completar y recopilar toda su obra e intentar reeditar un trabajo esencial para entender el S XX en Pamplona. Los chascarrillos municipales, las ocurrencias de sus habitantes y la vida cotidiana de la ciudad puede también entenderse gracias a sus pancartas. La aportación de Balda a los Sanfermines puede considerarse, sin duda, tan importante como la del maestro Turrillas o José Joaquín Arazuri. Aquí puedes leer un poco más sobre la muerte de Balda.
martes, 29 de diciembre de 2009
lunes, 14 de diciembre de 2009
Pronóstico: torero
Murriano y Hebijón, los dos victorinos, le agujerearon las dos piernas, pero él salió triunfador, casi sin poder andar, disfrutando del momento dentro de su dolor. Entró a la enfermería agarrando fuerte los trofeos, sin soltarlos, como si todavía le conectaran con lo que acababa de vivir en la plaza sólo unos intantes antes. "Es la mejor tarde de mi vida. No hay cosa más bonita que el toreo", me decía entre sollozos poco antes de pasar a la enfermería. Su cuadrilla lo abrazaba y todos lloraban. Vestía pantalón vaquero y estaba ensangrentado. Tenía golpes por todo el cuerpo, dos torniquetes y apenas quedaba rastro del traje de torear que vestía a su llegada al patio de caballos dos horas antes. La plaza estaba en pie. Pasó luego un par de horas en la mesa del quirófano. Murriano le regaló un puntazo de 8 centímetros en la cara interna del muslo derecho. Hebijón, al que cortó dos orejas y el rabo, le dejó una cornada de dos trayectorias en el muslo izquierdo, de 20 y 12 centímetros. Su pronóstico: torero. Habrá quien diga que la faena no mereció, por su calidad artística, todos los trofeos, pero ¿qué hacer ante 20.000 personas en pie reclamando los máximos honores para un hombre al que habían pedido que fuera a la enfermería después de su segunda cogida?. Fue una tarde inolvidable, la del 14 de julio de 2006 en la plaza de Pamplona. Antonio Ferrera dignificó la profesión y la Feria del Toro.
A continuación podéis ver un vídeo con un resumen doble: por un lado las imágenes tomadas de un resumen de Tendido Cero y, por otro, las fotografías que José Carlos Cordovilla y José Antonio Goñi tomaron para Diario de Navarra. La música la pone La Pamplonesa, con los pasodobles 'Pamplona, Feria del Toro' y 'Viva el Marea'.
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