martes, 28 de abril de 2009

1992, alternativa de Paquiro

Mientras seguimos pendientes de las votaciones del cartel de San Fermín y parece que ya se han sobrepasado las 3.000 votaciones, casi la mitad del año pasado, vamos a recordar algunos momentos de las fiestas de 1992. Sobre los carteles, poco más, al margen de lo publicado este domingo en Diario de Navarra, que podéis consultar aquí.

A lo que íbamos, en 1992, un jovencísimo Paquiro tomó la alternativa con sólo 19 años. Tuvo como padrino al Niño de la Capea y como testigo a El Litri con toros de José Ortega Sánchez. La tarde no resultó cómo se esperaba. Días después, el 10 de julio, cumpleaños del torero, volvió a la plaza y consiguió salir a hombros. De momento, este es el resumen en vídeo.de su primera tarde. Hay que recordar que la alternativa de Paquiro ha sido la única de un torero pamplonés en la plaza de Pamplona el día del patrón. Es una pequeña parte de la historia de los Sanfermines. Las imágenes están rescatadas de una vieja cinta de VHS y tomadas de TVE-Navarra.


jueves, 23 de abril de 2009

¿Eliminación de un cartel?

Bueno, bueno. La cosa se está poniendo interesante. Hay que reconocer que el polémico cartel de la lavadora, el chiqui-chiqui de Pamplona, le está dando alas al concurso organizado por el consistorio. De momento, ya han nacido varios blogs con motivo del que ahora muchos defienden como el verdadero electrodoméstico de los Sanfermines. Antes todos pensábamos que los más queridos eran la máquina de hacer hielos y el tirador de cerveza. En Facebook hay también un grupo para votar el cartel y en esta misma página y en la de Diario de Navarra se amontonaban hoy los comentarios, muy inteligentes, de todos vosotros. Sólo en un día han votado ya 1.066 personas, con datos actualizados a las 18 horas de la tarde. ¿Parecen muchos? ¿Es un éxito? Desgraciadamente no. El año pasado, primer certamen con jurado popular y sólo cinco carteles para la elección ciudadana, votaron el primer día 1.700 pamploneses, casi el doble que ahora. Es decir, la lavadora no ha arrastrado tantos participantes como los cinco insulsos carteles del año pasado. Os recuerdo,el cartel de los palillos sucios con chistorra, el del circulo mareante, el del pañuelo y el cuerno, el del toro-número y el único que era un cartel de San Fermín, el que ganó. En cualquier caso, el interés ciudadano es mayor que el año pasado, al margen de los votos. Todavía quedan demasiados días para que la cifra de participantes en el concurso supere el número del año pasado, que no llegó a 7.000. Por cierto, la concejal de Cultura calificó esa participación de "éxito" el otro día, aunque imaginamos que fue un error involuntario.

Pero al margen de todo esto, es preciso hacer una reflexión sobre algunos de los carteles que están en la final. Dos son imágenes similares de otros que ya anunciaron las fiestas en ediciones anteriores, o al menos utilizan la misma estética y estilo. Otro ya participó el año pasado. Calcaldo. El mismo. Sólo han cambiado la fecha. Según las bases, la obra debe de ser inédita. ¿Eliminará el jurado este cartel? ¿Meterá otro en la final para completar el grupo de ocho carteles?

martes, 21 de abril de 2009

La sonrisita

La risa floja. Eso fue lo que les ocurrió a todos los miembros del jurado cuando, después de presentar uno a uno todos los carteles finalistas de San Fermín, le llegó el turno a la lavadora. "Cuéntaselo tú mejor", le dijo uno de los técnicos a otro. No sé bien si porque iba a estallar en carcajadas o porque justificar la imagen de una lavadora dando vueltas no tenía mucho que ver con San Fermín. "Es el electrodoméstico que más se usa en fiestas", explico tratando de encontrar un argumento contundente el técnico B, que en este caso sí se aguantó la risita. La gracia del asunto, que la tiene, es que los miembros del jurado no estaban ni en el patio del colegio ni tomándose unas cañas con los amigos. No nos engañemos, el cartel de la lavadora es divertido, ocurrente y, sinceramente, todo el mundo se acordará de él pase lo que pase en las votaciones. Pero hasta ahí la gracia. El Chiqui-chiqui de Pamplona ya tiene nombre: Los Sanfermines de la lavadora. Sólo hace unos días que un alto cargo municipal me decía que el propio Ayuntamiento daba una idea equivocada de las fiestas con el balance del 15 de julio. Que si tantos kilos de basura, que si tantos detenidos, que si se tiran de la muralla y orinan en las paredes. Qué mejor remedio para dignificar la imagen internacional de la ciudad que anunciar ahora las fiestas, donde los mozos se juegan la vida en el encierro, con una lavadora. Con dos narices. Y por favor, el año que viene, que alguien pinte un retrete, que también se usa bastante.